Hoy, 22 de agosto, celebramos la Realeza de la Virgen María. A los siete días de haber celebrado la fiesta de la Asunción de María a los cielos sin haberse corrompido su cuerpo virginal, del que nació Cristo, honra la Iglesia con esta festividad que viene a ser como una continuación lógica de aquella.
María, por ser Madre de Jesús, el Redentor y Señor del Universo, participa en la soberanía y realeza de su Hijo, que es Dios y que con toda razón pudo de decir: "Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra".
En el Antiguo Testamento se dan figuras o tipos de la Realeza de María: Varias mujeres prefiguraron, con los propios defectos de toda figura, a la que había de ser la Reina del Universo, Maria Santísima: Esther, Betsabe... a su modo prefiguraron, por el amor que el Rey les tenía y por el poder que les dio, el inmenso amor que Jesús—Rey del Universo— profesa a su Madre María y el haberla hecho Mediadora Universal de todas las gracias.
En el Antiguo Testamento se dan figuras o tipos de la Realeza de María: Varias mujeres prefiguraron, con los propios defectos de toda figura, a la que había de ser la Reina del Universo, Maria Santísima: Esther, Betsabe... a su modo prefiguraron, por el amor que el Rey les tenía y por el poder que les dio, el inmenso amor que Jesús—Rey del Universo— profesa a su Madre María y el haberla hecho Mediadora Universal de todas las gracias.
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